¿Cómo se consigue que le siga emocionando subirse a un escenario después de estar casi 40 años en la misma banda?
Efectivamente en el 84 un grupo de chavales que estábamos en el instituto estudiando montamos un colectivo de música, era una actividad extraescolar del Instituto. Fueron un par de años y ese fue el origen de Celtas. Pasamos a ser un grupo, al principio instrumental, no cantábamos. Y es importante que te cuente esto porque yo creo que esa es la base. Cuando se crea algo de tan abajo, de un grupo de amigos de chavales que sabían tocar un instrumento, se divierten haciendo cosas y al final forman un grupo. Te vas conociendo y vas creciendo juntos hasta que llega el momento de poder grabar ese primer disco. Te conoces muy bien, sabes lo que ha costado y que esto no surge de la noche a la mañana. Esto hace que lo valoremos muchísimo y sintamos que es un privilegio estar aquí y vivir de esto y aunque también pasado muchísimas cosas, estás en lo cierto, nos emocionamos cada vez que estamos en el escenario, cada vez que sacamos un disco como este año. Todo esto nos sigue emocionando y esa es la clave del éxito sin duda.
Si tuvieran que buscar un nombre para una banda en este momento ¿se atreverían a ponerle el nombre de una marca de tabaco?
Lo políticamente correcto no sería eso, desde luego, pero bueno, en ese momento se barajaron muchos nombres y ese pues nos pareció gracioso y además tenía el apelativo de celtas, que tenía mucho que ver con el tipo de música. Fue un nombre que nos pareció simpático. De hecho, ahora ya hay muchísima gente que ni siquiera sabe que es el nombre de una marca de tabaco.
La denuncia social siempre ha estado presente en las letras de Celtas Cortos, ¿somos muy distintos ahora a la época del “tranquilo majete en tu sillón”?
La música siempre tiene esa capacidad de poder expresar tus quejas, buscar solidaridad y buscar que la gente se identifique un poco con lo que tú sientes y también es una forma de poner un altavoz muy grande a tus ideas. El arte siempre ha tenido esa postura crítica ante las cosas que consideramos injustas o que se pueden mejorar. Es algo que nunca ha desaparecido de nuestra música y no lo hará. De hecho, en este último disco sigue habiendo letras así, y además es bueno, ya que no es que los tiempos hayan mejorado precisamente. Hay temas como “Tranquilo majete” o “Haz turismo” que tienen 30 años y siguen vigentes. Da rabia que sea así, pero ahí van a estar siempre esas letras con nosotros.
Ahora que la sociedad está más polarizada y con las redes sociales echando fuego, ¿uno se autocensura a la hora de elegir un tema para una canción pensando que para qué me voy a meter en este jardín?
El título del nuevo disco se llama “El mundo del revés” y expresa la sensación de lo que estás diciendo. Llevamos unos cuantos años en este en este mundo y hemos vivido muchas cosas y tenemos la sensación de que hay cosas que están dadas la vuelta para mal, que vamos hacia atrás, que las desigualdades se acentúan más. Y esa sensación ha hemos querido expresar primero con el título del disco y después con las canciones. Jamás hemos hecho ni hemos tenido censura. Nunca nos han censurado ni tampoco lo hemos hecho nosotros con nuestras letras.
Muchas de esas letras son conocidísimas por varias generaciones…
Somos un grupo que en la década de los 90 sonamos en la radio hasta la saciedad. Eso era fundamental porque era a lo aspiraba todo el mundo, sonar en radio fórmula y lograr el número uno. Eso lo conseguimos con muchas canciones, y eso es lo que ha hecho que nuestra música se haya quedado tatuada en mucha gente. Eso se ha mantenido, sobre todo, porque no hemos parado de tocar.
La fusión entre rock con instrumentos tradicionales les ha dado un sonido propio que hace que se reconozcan sus canciones…
Es verdad que tenemos una música muy nuestra. Cuando empezamos nosotros ya escuchábamos grupos irlandeses o grupos bretones y en Europa sí había esa fusión. En España dimos con una fórmula un poquito peculiar. Nos juntamos gente que tocábamos unos instrumentos más acústicos, más étnicos que además veníamos de hacer cosas de folk castellano. Luego había una base de rock y en el local nos poníamos a mezclar y era un poco lo que nos salía.
¿Como se sienten regresando a la Plaza Mayor de Salamanca?
Hace mucho que no veníamos a Salamanca. Hemos estado antes en la Plaza Mayor actuando y es un concierto al que tenemos muchas ganas porque es un sitio mítico. Hemos estado un par de veces ya en la Plaza Mayor y Salamanca tiene ese punto y tenemos muchas ganas.
¿Qué vamos a escuchar en el concierto de este domingo?
Un poco de todo. Cuando elaboramos los repertorios sabemos que la mitad de las canciones son obligadas porque la gente lo espera y lo necesita y nosotros, la verdad, lo disfrutamos. Entonces la mitad de repertorio básicamente son canciones que todo el mundo está esperando y con el resto jugamos. Si hemos sacado disco, como este año pues incluimos algunas canciones nuevas para que la gente las oiga y también temas instrumentales que hemos siempre hemos usado y que en directo son muy dinámicos, muy divertidos. Los temas míticos estarán todos, así que a disfrutar de la fiesta.