A los Celtas el formato sinfónico le queda como un guante. Lógico si se tiene en cuenta las proximidad de sus instrumentos tradicionales y de sus raíces musicales con las percusiones, vientos, metales de toda agrupación sinfónica o de cámara. La capacidad melódica de la mayoría de sus canciones también ayuda para que el traje sinfónico marque y estilice. Pero está claro que la inspiración norteña, las influencias mestizas y el buen ‘toque’ con el pop y el rock es, todo junto, lo que embellece y estimula la aventura sinfónica de los pucelanos llegando su nave a un perfecto destino.
Parece que la experiencia sinfónica de 2017 con la OSPA, materializada en el directo ‘In Crescendo’, fue digna de recuperarse. Este año el grupo ha retomado la esencia del formato sinfónico pero esta vez con Orquesta de Cámara, la Virtuó Mediterrani de Alicante que dirige Gerardo Estrada, quien se ha encargado de los arreglos de los temas de Celtas para esta nueva aventura.
Con la sensibilidad especial de jugar en casa, Celtas Cortos escogieron un camino precisamente ‘in crescendo’ optando por un repertorio muy progresivo y realmente sensible en la primera parte del concierto. Sin duda, un planteamiento muy confortable tanto para ellos como para el público del Delibes que se impregnó profundamente de la propuesta.
Perfecto ensamblaje sinfónico
‘Todo es ponerse’ y ‘El emigrante’ fueron dos de los primeros ‘hits’ de la noche con los que quedó claro ya el perfecto ensamblaje entre la Orquesta de Cámara y el grupo. A destacar la fuerza de los metales en los momentos más poderosos de la noche y, en general, la entrega y actitud de sus músicos en su cercanía con el rock de los celtas. ‘Cifu’ no tiró solo de reivindicación en sus conocidos ‘speechs’. A la ‘parienta’ la dedicó no una sino dos canciones como fueron ‘Hora de aventuras’ y ‘Un millón de motivos’ ante un público cómplice y, evidentemente, de casa. De esta primera parte destacaron también ‘Los dibujos de las nubes’ y muy especialmente ‘Retales de una vida’ cuya melodía es perfecta para estos menesteres tan orquestados. A modo de ironía, Alberto García (trombón y violín) presentó el tema ‘Adiós presidente’ como «un tema que compusimos celebrando la marcha de Trump de la presidencia y ahora ya veis…» Nada que no solucione temas como ‘Siempre tarde’ evocando su estatus de pop clásico y atemporal.
Para la última parte del concierto, Celtas Cortos destinaron viejos temas pero también obras más recientes como ‘Cada día’ en las que la actual creatividad del grupo se manifiesta en plena forma. En el rescate de viejas canciones destacó la adaptación de ‘¿Qué puedo hacer yo?’ en la que ‘Cifu’ recordó que hubo un tiempo no muy lejano en la que convertirte en ‘militar por un año’ era algo obligatorio e inaudito para los jóvenes. En esta linea también destacó el instrumental ‘Túnel de las delicias’ y un ‘Tranquilo Majete’ arrebatador. A cierre de edición, la aventura sinfónica de Celtas Cortos fue cerrando su telón con un precioso ’20 de abril’ introducido por unos arreglos de orquesta tan inspirados como clásicos. La bola extra vino con la colaboración excepcional del coro ‘Valle de aguas’ en una imponente ‘Senda del tiempo’. Sin duda un cierre espectacular para una síntesis musical que bien merecía este capricho sinfónico y colectivo.
Fuente: El Norte de Castilla










